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lunes, 15 de abril de 2013

Datos Reuters: a la industria petrolera venezolana le urgen las inversiones

La aletargada industria petrolera venezolana tiene una nueva oportunidad para impulsar con recursos propios y de decenas de firmas foráneas la estratégica producción de crudo del país con las mayores reservas del mundo, esta vez de la mano de Nicolás Maduro, el delfín de Hugo Chávez que fue electo presidente.
Para lograr la postergada meta de duplicar la extracción desde los 3 millones de barriles por día (bpd) actuales, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) necesita soltar algunas de las pesadas cargas que le impuso el fallecido mandatario Chávez y reducir la onerosa deuda pendiente con sus proveedores.
Pdvsa, principal financista del proyecto chavista, observó una ligera disminución en sus ingresos y en su ganancia neta el año pasado, pese a un alza de los precios del crudo, debido a un mayor suministro de combustibles al subsidiado mercado interno y también al limitado desempeño de sus refinerías.
A continuación, los retos de la industria petrolera a partir del 2013:

Aumento de producción

La extracción de crudo y líquidos de gas natural cayó un 3 por ciento a 3,03 millones de barriles por día (bpd) el año pasado debido a la declinación de la segunda mayor región productora del país, el norte de Monagas, pero en lo que va de año Pdvsa ha logrado detener el peligroso retroceso.
La estatal, que reiteradamente incumplió sus metas de incremento de producción en la última década, planea elevar el bombeo en unos 250.000 bpd en el 2013, para lo cual confía en una decena de alianzas con empresas foráneas asentadas en la vasta Faja del Orinoco, el campo con mayores depósitos de crudo del mundo.
Sólo en la Faja, Pdvsa tiene el potencial de agregar unos 2 millones de bpd de nueva producción a mediano plazo, pero para ello se requieren más de 100.000 millones de dólares en inversiones, que sufren importantes retrasos debido a la falta de pago de los compromisos de la petrolera con sus contratistas.
Las transnacionales de servicios a pozos, principalmente la estadounidense Schlumberger, acumulan facturas por cobrar de cientos de millones de dólares cada una.

Arranque de proyectos de gas

Los proyectos de gas costa afuera de Venezuela tienen cada vez más urgencia en iniciar su producción para abastecer al deficitario mercado interno, que en el 2010 sufrió un severo racionamiento de luz por la baja generación hidroeléctrica y la deficiente operación de las plantas termoeléctricas.
Un gasoducto inaugurado en el 2007 entre Venezuela y Colombia y operado por la estadounidense Chevron ha permitido paliar la falta de gas en el occidente del país, pero aún así se requiere la producción de las costas ante el alza de la demanda interna de combustibles y la demora de proyectos petroquímicos e industriales.
Pdvsa, la italiana ENI y la española Repsol planean empezar la producción este año en el bloque Cardón IV del Golfo de Venezuela, en donde se certificaron más de 15 billones de pies cúbicos (TCF) de reservas.
Para el 2013 también se espera la puesta en marcha del dilatado proyecto Mariscal Sucre, ideado en la década de 1980 y que ahora contará con la participación de la rusa Rosneft .

Mejor relación con socios

La nacionalización de los proyectos petroleros entre el 2006 y el 2007 creó un nuevo marco de relaciones entre el Estado y las empresas privadas y extranjeras que operan en el país. Y le ha permitido a Pdvsa expandir su influencia, limitando las maniobras de los socios y suscitando constantes cambios legales.
El marco fiscal petrolero se ha modificado varias veces desde entonces, la última vez a principios de año para relajar un impuesto que había dejado en negativo la tasa interna de retorno de muchos proyectos, haciéndolos inviables.
Pdvsa tiene por delante el reto de volver a impulsar sus relaciones con los privados para propiciar las inversiones, mejorar la gobernabilidad de las empresas mixtas y evitar que continúen los retrasos en los proyectos productivos.

Recuperación de refinerías

Una explosión en la mayor refinería del país, Amuay, ha trastocado desde el año pasado el circuito nacional de producción de derivados de PDVSA, reduciendo sus exportaciones de combustibles y obligándola a importar grandes volúmenes de componentes y productos terminados como gasolina y diésel.
Las finanzas de Pdvsa, que aporta 9 de cada 10 dólares que ingresan a la economía venezolana, se han visto afectadas por un mayor gasto en la compra de productos que son vendidos en el mercado interno con grandes pérdidas, así como por el pobre desempeño de plantas fuera del país.
Al Gobierno le urge recuperar y modernizar las refinerías y ajustar el congelado precio de la gasolina, el más barato del mundo, para frenar la demanda y oxigenar las cuentas de la estatal, un plan que está atado al desarrollo del gas vehicular como alternativa.

Disminución de pasivos

Pdvsa tiene por delante el reto de seguir aplicando medidas fiscales que le permitan contar con un mayor flujo de caja para apalancar su presupuesto y reducir sus deudas con proveedores, que en el 2012 cerraron en un récord de 16.475 millones de dólares.
Un mejor ritmo de pagos le permitiría a la empresa eliminar los cuellos de botella en las contrataciones, con lo que podría imprimirle velocidad a sus proyectos medulares de exploración, producción y refinación.
Pdvsa entregó el año pasado al Estado 43.865 millones de dólares en transferencias sociales y 85.952 millones de bolívares (unos 20.000 millones de dólares) en aportes fiscales que superaron con creces los 24.500 millones de dólares que invirtió en el 2012.

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