En un comunicado que lleva por título
“Un gobierno retrechero”, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
respaldó la iniciativa del Gobierno de Perú de replantear la crisis
venezolana en el seno de Unasur y rechazaron al mismo tiempo, la
reacción del presidente Nicolás Maduro, quien calificó la opinión del
canciller peruano, Rafael Roncagliolo, de “injerencistas” y de “falta
de respeto”.
La MUD ratifica que mantendrá su campaña
de denuncia internacional sobre el fraude electoral cometido el 14 de
abril y sobre las reacciones de represión desatada por el Gobierno. “Las
alarmas se encienden en la comunidad internacional. No nos callaremos
ni dentro ni fuera de Venezuela. Llevaremos nuestras denuncias a todas
partes y a todos los foros hasta que Venezuela recupere la democracia”.
Lea el documento completo:
Va por muy mal camino la conducción de
las relaciones internacionales del gobierno de Nicolás Maduro. Le quedan
muy mal esos desplantes ante llamados serios y respetuosos de la
Comunidad Internacional en razón de la severa crisis política que
vivimos en Venezuela. Pretender trasladar al plano internacional el
lenguaje agresivo que utiliza para confrontar a los opositores, no da
beneficios a este gobierno de precaria legitimidad.
El mundo entero debe haber visto con
asombro la reacción de Maduro ante las declaraciones del Canciller
peruano donde plantea que UNASUR evalúe fijar posición frente a la
crisis política que vive Venezuela en estos momentos.
No se trata, como lo afirmó Nicolás
Maduro , de una “falta de respeto contra Venezuela”. No señor, el
planteamiento del Ministro de Relaciones Exteriores de Perú, en su
condición portavoz de UNASUR, es la que corresponde a unos gobiernos
crecientemente preocupados por las cobardes agresiones contra la
oposición venezolana como las ocurridas el martes contra los diputados
de la Unidad en la Asamblea Nacional; la arbitraria decisión de
quitarles el derecho de palabra en las sesiones; la salvaje represión a
los estudiantes en Barquisimeto, las amenazas de despido a los empleados
públicos, el hostigamiento y acoso a los medios privados de
comunicación o las detenciones ilegales a dirigentes opositores.
Pues no, no es una falta de respeto a
Venezuela. Esa es la actitud responsable que asumen los gobiernos que
creen en la democracia como espacio de diálogo, de tolerancia y de
respeto al adversario. Es el comportamiento de quienes creen que el
ejercicio democrático pasa por respetar los derechos humanos, la
libertad de opinión, la libertad de disentir y de poder manifestar
pacíficamente.
El “llamado a consultas” al embajador
venezolano en Lima es una señal de debilidad de un gobierno sin
legitimidad democrática que quiere llevar la confrontación interna al
plano de las relaciones internacionales.
Ya lo hicieron también con el Ministro
de Asuntos Exteriores de España a quien llamaron “impertinente” y lo
emplazaron a “sacar sus narices de Venezuela” por haber manifestado su
disposición de mediar para “bajar las tensiones” en la grave crisis
política que atraviesa Venezuela, si le fuera formulado ese pedido. Allí
también, anunciaron el retiro del embajador de Venezuela en Madrid.
Así mismo calificaron de “inmoral”,
“injerencista” y “cínico” el comunicado del Secretario General de la OEA
en el que expresó preocupación por la falta de diálogo en Venezuela.
Como lo dijo un respetado pastor de la
iglesia católica venezolana: “sin el reconocimiento del adversario en
igualdad de derechos no hay democracia civilizada ni paz”
Las alarmas se encienden en la comunidad
internacional. No nos callaremos ni dentro ni fuera de Venezuela.
Llevaremos nuestras denuncias a todas partes y a todos los foros hasta
que Venezuela recupere la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario